Antes que nada, quiero decirte que si para ti, leer o escuchar, la palabra meditación, te lleva de inmediato a la idea de: "eso es de otra religión", "eso es para monjes en túnicas por allá en el oriente", "eso es para gente capaz de quedarse quieta", el concepto te está cerrando la posibilidad de experimentar una de las mayores transformaciones mentales, físicas y espirituales que cualquier otra práctica o hábito podría proporcionarte.
A continuación, te enumeraré sólo unos pocos, de los tantos beneficios que obtenemos al practicar regularmente la meditación. También te compartiré una perspectiva desde la cual podrás ver la meditación, como algo mucho más sencillo de practicar de lo que crees.
BENEFICIOS:
Reduce las emociones negativas
Aumenta la imaginación y la creatividad
Baja la frecuencia cardiaca
Mejora la calidad del sueño
Reduce el estrés
Facilita la toma de consciencia
Permite abrir la perspectiva sobre las diferentes situaciones de la vida
Relaja el sistema nervioso central
Rejuvenece y ayuda en los procesos de regeneración del cuerpo
Reduce la tensión muscular
Ayuda en los procesos de curación de todo tipo de enfermedades
Proporciona mayor capacidad de concentración
Mejora la memoria
Favorece el estado de ánimo...
Y... una de las más emocionantes y maravillosas en mi opinión:
¡¡TE PERMITE EL ACCESO A TU MENTE SUBCONSCIENTE PARA REPROGRAMARLA, Y ADEMÁS CONECTAR CON EL CAMPO DE INFINITAS POSIBILIDADES DESDE CUAL PUEDES CREAR LA REALIDAD QUE QUIERAS CREAR!!
Tal vez pienses: me gustaría hacerlo, pero de verdad no lo logro. Quiero que veas la práctica de la meditación como el proceso que haces todas las noches cuando te vas a dormir. Para la mayoría de las personas no es difícil ir a la cama y quedarse dormidos. Bueno, meditar es un proceso similar, ya que se trata de ubicarte en una posición cómoda, relajarte, y en este proceso, se ralentizarán naturalmente las ondas cerebrales, y es allí donde cruzaremos la barrera entre la mente pensante y analítica hacia la mente subconsciente. Lo que quiero que veas es que ya sabes cómo hacer esto, porque lo haces todos los días cuando vas a la cama en la noche.
Comienza tu práctica entendiendo que todo lo que estás haciendo es relajar tu cuerpo mientras mantienes tu mente consciente y despierta, y poco a poco avanzas hacia este estado de relajación en el que no te concentras en nada en particular, allí, se acaba de abrir la puerta entre la mente consciente y la subconsciente.
Entendiendo lo que sucede en tu cerebro cuando meditas:
Cuando la mente consciente está despierta y funcionando de manera óptima, nuestro cerebro está en estado Beta. Cuando el cerebro está en beta alto, está en un estado muy excitado, demasiado activo, en modo estrés, lucha o huida.
Una vez que superas la fase beta, en el proceso de relajación, entramos a un estado alfa, allí la primera capa del subconsciente se abre. En alfa, tu respiración se ralentiza naturalmente, la voz en tu cabeza se aquieta y cuanto más te relajas, más comienzas a deslizarte por la escalera de la consciencia, entrando a estados cerebrales más lentos, los estados theta y delta. En theta estamos ya dentro de nuestro subconsciente, es decir, con acceso directo a los programas que nos manejan.
Entiende el subconsciente como el sistema operativo del cerebro. Es decir, que al entrar allí, podemos modificar hábitos, comportamientos, creencias limitantes y eliminar heridas emocionales grabadas por experiencias del pasado. Si no crees tener nada por sanar o modificar en tu subconsciente, igual tendrás allí la oportunidad de conectarte con posibilidades desconocidas y crear algo nuevo para ti.
Cuando cerramos los ojos y comenzamos el proceso de meditación, estamos cambiando la química de nuestro cerebro de serotonina a melatonina (es lo que ocurre cada noche cuando vamos a dormir) Mientras nos sentamos y relajamos nuestro cuerpo, dejamos de pensar porque nuestro cerebro procesa naturalmente menos información sensorial, menos información que llega del mundo exterior a nuestros sentidos.
Si permitimos que nuestro cuerpo comience a adormecerse, siendo conscientes de nuestro mundo interior, creamos el estado ideal para iniciar un proceso transformador, curativo y/o creativo.
CLAVE: olvídate de la conversación interna: "no sirvo para esto, no soy bueno para meditar". Cuando pienses esto, recuerda que es tu propio subconsciente queriendo sabotearte. No eres tú, somos el 99,9% de las personas cuando iniciamos un nuevo hábito, sea comer más saludable, hacer ejercicio, tocar un instrumento. La primera semana tal vez te sentirás extraño, al principio no se te dará tan natural, solo recuerda que es el proceso natural de aprendizaje en todas las áreas de la vida. Cuando estamos aprendiendo algo nuevo, hay un proceso de adaptación, de aprendizaje, de entrenamiento. Tómate las primeras prácticas como algo que no se trata de hacer de la manera "correcta" sino como un momento de silencio y quietud para descansar de la rutina del día. Así aligeras la carga de "tener que hacerlo perfecto, tener que dejar la mente en blanco".
Con el tiempo comenzarás a sentir la inmensidad del espacio a tu alrededor, a convertirte en ningún cuerpo, en nadie, en ninguna cosa, en ningún lugar, en ningún tiempo, es decir, convertirte en pura consciencia. Tu cuerpo, otras personas, las cosas de tu entorno y los eventos pasados y futuros ya no se convierten en el objeto de tu atención, tu mundo interior se vuelve más real que el mundo exterior, el espacio vacío se convierte en la experiencia de sentirte completo, y es en este estado, en el que las cosas mágicas ocurren... porque recuerda... el único motivo por el que no manifiestas las cosas que deseas, es el hecho de que, al pedirlas o anhelarlas, e incluso apegarte al resultado de tenerlas, crea una realidad en la que estás separado de ese objeto o esa experiencia. Sentirte separado en tu mundo interior, jamás podría crear en el mundo exterior la experiencia de estar unido con ello. Por ende, el efecto contrario, el efecto de poseer, o vivir aquello que deseas, es consecuencia de sentirte completo, unido a ello en tu mundo mental, emocional y espiritual.
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